lunes, 10 de noviembre de 2014

Indicadores que pueden ayudarnos a predecir el éxito en el aula con alumnado con T.D.A.H.


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¿Qué factores creemos que deben tenerse presentes en la organización y trabajo de aula si tenemos alumnos con este perfil?
El aula es la realidad inmediata, tanto del alumnado con T.D.A.H. como de los docentes implicados. Pensamos que es el nivel donde deben focalizarse nuestros esfuerzos de adaptación.

Los documentos programáticos en los que estas consideraciones se explicitan son las Programaciones de Aula y, si fueran necesarios, los documentos que recogen las adaptaciones curriculares de cada alumno/ a o planes de trabajo individualizados.

Los principios que, en general, van a guiar nuestras actuaciones son:
  • Dar salida a la hiperactividad y a la impulsividad. Nos estamos refiriendo al componente comportamental del trastorno. Hemos de ser capaces de redirigir la impulsividad y la alta tasa de actividad, de manera que podamos impartir la clase logrando que el alumnado con T.D.A.H. pueda participar en ella.
  • Evitar los factores de distracción. El objetivo es minimizar el déficit de atención. Mediante nuestras actividades, la gestión del tiempo y el empleo del espacio, podemos mejorar la calidad de la atención del alumnado.
  • Alto grado de estructuración. Como sucede ante cualquier dificultad del aprendizaje, fomentar un ambiente claro y estructurado -donde el alumnado con T.D.A.H. sepa qué puede hacer y qué no, qué se le pide que haga y cómo- facilita el trabajo en el aula.
  • Empleo de metodologías ajustadas. Todo lo anterior puede sintetizarse en el desarrollo de metodologías ajustadas al perfil del alumno con T.D.A.H. Entendiendo el perfil motivacional, atencional y cognitivo del alumnado, podremos realizar actividades adaptadas a sus capacidades.

 FACTORES DIRECTAMENTE IMPLICADOS:

1. Ratio de alumnado por aula: conviene contar con un solo alumno diagnosticado con T.D.A.H. por aula teniendo en cuenta las provisiones educativas de tipo metodológico que se requieren. El tiempo e implicación del profesor tutor y resto del equipo docente es crucial a la hora de atender adecuadamente a este perfil de alumnado, así como el empleo de mecanismos eficaces de coordinación del tutor con el resto del equipo, lo que conlleva bastante tiempo en cuanto a preparación de materiales y recursos “ad hoc”. Se estima una ratio por aula no superior a los 22 alumnos (incluido el alumnado con T.D.A.H.), teniendo en cuenta que posiblemente exista en el aula alumnado con otras problemáticas que se deben atender.

2. Mecanismos de coordinación y comunicación interna: constituye uno de los predictores clave de éxito a la hora de implantar medidas educativas en el aula. Y supone el establecimiento de reuniones periódicas de información, coordinación, seguimiento y asesoramiento de los profesionales implicados (tutor, resto del equipo docente, orientador, pedagogía terapéutica y cuantos profesionales participen) para trabajar y diseñar planes con este perfil de alumnado (adaptaciones metodológicas, programas específicos, planes de trabajo individualizado, programas de promoción y modificación de conducta, entrenamiento en habilidades cognitivas, autoinstrucciones, habilidades sociales, etc.).

3. Plan de Acción Tutorial: se asienta sobre los ejes de alumnado, profesorado y familias. Las propuestas se orientan hacia el diseño de protocolos de detección e intervención, la coordinación de la gestión de atención a la diversidad desde orientación educativa posibilitando cauces de comunicación y coordinación entre todos los agentes implicados, la atención al T.D.A.H. en el Plan de Acción Tutorial (trabajo de las técnicas de estudio y organización que tanto necesita el alumnado con T.D.A.H., y también el alumnado en general).

4. Formación y asesoramiento del profesorado: desde el equipo directivo en especial y con la colaboración orientación educativa se debe promover y facilitar la formación respecto a la idiosincrasia del alumnado con T.D.A.H. La formación ha de ir dirigida tanto a los profesionales como al alumnado y animar a las familias ofreciéndole información y recursos para la atención del T.D.A.H. como, por ejemplo, entrenamiento en habilidades cognitivas (memoria, atención, razonamiento, etc.), modificación de las conductas más disruptivas, entrenamiento en autoinstrucciones, resolución de problemas y control de la impulsividad, entrenamiento en habilidades sociales e inteligencia emocional, entrenamiento en técnicas de relajación, trabajo en las habilidades académicas afectadas (comprensión y velocidad lectora, escritura, cálculo numérico y mental, organización y técnicas de estudio).

5. La metodología y las estrategias de aprendizaje seguidas:

1. Enfatizar la estructura y el orden, generar rutinas de aula para mejorar la anticipación y la concentración.

2. Evitar situaciones de clase en las que sabemos que no puede controlarse, acordar con el alumno con T.D.A.H. un código de comunicación o señales discretas para ayudarle a reconducir su atención.

3. Dar las órdenes claras, sencillas y de una en una (si son instrucciones para una tarea, es recomendable hacerlo por escrito).

4. Deben tenerse en cuenta los puntos fuertes o potencialidades del alumnado con T.D.A.H., partir de los intereses del alumno para generar motivación, sondear diferentes formas de aproximación a los contenidos.

5. Elegirse aquellas metodologías que funcionen mejor con este alumnado (las técnicas visuales que exigen menos de la lectura y facilitan la atención, son preferibles).

6. Emplear un esquema en la pizarra a modo de guión o una presentación en Power Point puede ayudar mucho, ser flexibles en su trabajo autónomo, la clase magistral es una metodología poco apta para este alumnado.

7. Es recomendable emplear técnicas más ligadas al aprendizaje autodirigido (trabajo por proyectos, trabajo cooperativo, aprendizaje por descubrimiento o actividades de investigación, trabajo con nuevas tecnologías)

8. En las secuencias de interacción con el alumno o alumna hemos de tratar, en primer lugar, de ofrecer actividades en las que puedan tener éxito, para que sean conscientes de que ellas y ellos también son capaces de lograr objetivos.

9. Ante el éxito, debemos reforzar, y ante el fracaso, nunca castigar ni marcarlo excesivamente. Una receta casera sería contabilizar 10 elogios por cada reproche que se les hace si queremos que ambos tengan efectividad.

10. En general, el feedback ha de ser privado. Leer las notas en alto, corregir las respuestas ante toda la clase o mostrar públicamente el nivel de competencia (positivo o negativo) no es adecuado para generar un autoconcepto académico positivo. Sin embargo, en ocasiones podemos emplear una alabanza pública ante un buen resultado ya que actúa como un potente refuerzo social.

11. Debe generarse un patrón de atribución causal interno, variable y controlable. Es decir, el alumno o alumna tiene que entender que sus resultados son causa de su trabajo (o de la falta de éste) y no del profesorado o de las circunstancias casuales. También debe asumir que este resultado puede cambiar, que es modificable, para bien y para mal. Por último, hemos de evitar que se instalen sensaciones de falta de control; está en nuestra mano y no en la del profesorado o en el azar, la obtención de buenos resultados.

12. Debemos hacer un buen uso de las comunicaciones con la familia mediante la agenda. Muchas veces los y las alumnas con T.D.A.H. llegan a casa con múltiples notas en la agenda en un sólo día. 

6. Organización del espacio, tiempo y estructura de la clase:

1.  Brindar al niño o niña la posibilidad de trabajar independientemente en un pupitre aislado para evitar distractores. Debe ofrecerse esta opción cuando las tareas requieran de concentración.

2. Situar la mesa cerca de la pizarra para facilitar la atención a la explicación e incluso cerca de la mesa del docente, para poder aplicar mejor los refuerzos cuando trabaje bien.

3. Poner una carpeta abierta delante de la mesa o algún tipo de pantalla para evitar distractores es también una opción. 

4.Tener opciones para cuando el alumno o alumna no es capaz de permanecer sentado. Es muy común que incluso se caiga de la silla... y ¡en múltiples ocasiones! Permitirle estar de pie, ir a sacar punta, que recoja las fichas y exámenes del resto o ir al baño. 

5. Tratar de que no emplee materiales muy aparatosos que le hagan perder tiempo y despistarse (estuches sofisticados, portafolios donde todas las hojas se pueden caer, etc.).

6. Procurar que tenga goma, correctores o bolígrafos que se borran para que pueda corregir los múltiples errores sin llegar a la situación de tener que arrancar la hoja del cuaderno y repetir el trabajo.

7. Estructurar las tareas en tiempos cortos (máximo de 30 minutos) y que permitan la coexistencia de diferentes ritmos. Además, podemos mezclar las actividades tediosas con las que generan más motivación para no caer en la fatiga.

8. Si realizamos tareas en grupo, es deseable que estos sean pequeños (3-6 integrantes).

9. Si en los turnos, colas o esperas tenemos problemas de impaciencia ligados a la impulsividad, podemos ofrecerle un papel de gestor/a, que controle los turnos o vigile el buen funcionamiento de la cola, por ejemplo, además de reforzar aquellos momentos en que es capaz de controlarse.

10. Contemplar la posibilidad de crear agrupaciones flexibles de 5 a 7 alumnos, con carácter rotatorio, mediante las cuales el alumno con T.D.A.H. pueda desarrollar centros de interés y diferentes roles grupales. 



Y por último,




7. Fomentar los intereses personales: en ocasiones este alumnado tiene focos de interés en los que se muestra competente y disfruta. Apoyemos estos intereses que se pueden convertir en un trabajo futuro o, al menos, constituyen un espacio de tranquilidad y de placer.




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